La ashwagandha (Withania somnifera) es una planta medicinal usada desde hace siglos en la medicina ayurvédica. Su fama se ha disparado en los últimos años gracias a sus beneficios como adaptógeno, es decir, ayuda al cuerpo a adaptarse mejor al estrés físico y emocional.
Uno de los principales efectos atribuidos a la ashwagandha es su capacidad para reducir el cortisol, la hormona del estrés. Esto no solo ayuda a mantener la calma mental, sino que tiene un impacto positivo en la salud general, la recuperación muscular y la composición corporal, ya que niveles elevados de cortisol pueden promover la pérdida de masa muscular y el aumento de grasa abdominal.
En el ámbito deportivo, diversos estudios han observado que la ashwagandha puede incrementar la fuerza y la resistencia muscular. Se ha vinculado también a mejoras en la calidad del sueño, algo crucial para la recuperación física y mental.
La dosis habitual suele oscilar entre 300 y 600 mg diarios de extracto estandarizado al 5% de withanólidos, aunque es recomendable consultar a un especialista antes de incorporarla, especialmente en personas con problemas de tiroides o que toman medicación.
Ashwagandha es, en síntesis, una excelente herramienta natural para quienes buscan mejorar el rendimiento físico y mental, reducir el estrés y cuidar la salud de forma integral.