DHEA y su relación con el rendimiento deportivo y la longevidad.

La DHEA (dehidroepiandrosterona) es una hormona producida por las glándulas suprarrenales, precursora de hormonas sexuales como testosterona y estrógenos. Sus niveles alcanzan el pico en la juventud y comienzan a descender a partir de los 30 años.

Su suplementación ha sido estudiada tanto por su posible rol en el antienvejecimiento como por sus efectos en el rendimiento físico. Teóricamente, aumentar DHEA podría mejorar la composición corporal, la densidad ósea, la energía y el bienestar.

¿Funciona en el deporte? La evidencia es contradictoria. En personas jóvenes y sanas, la suplementación de DHEA rara vez eleva significativamente las hormonas sexuales ni mejora el rendimiento. En adultos mayores, podría ofrecer beneficios modestos, especialmente en mujeres postmenopáusicas, pero siempre bajo control médico.

Además, en muchos países, la DHEA está regulada o incluso prohibida para deportistas profesionales, ya que se encuentra en la lista de sustancias prohibidas de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA).

En resumen, la DHEA no es un suplemento recomendable para todos. Antes de usarla, es fundamental consultar a un profesional de salud y valorar riesgos y beneficios individuales.

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