En la era fitness, la tentación de “sumar y sumar” suplementos es real. Entre redes sociales, influencers y marketing agresivo, muchos terminan tomando un cóctel de productos que ni necesitan. Pero ¿cómo saber si te estás excediendo?
Signos de alarma:
Estás gastando demasiado y no ves resultados claros.
Tenés síntomas raros: insomnio, taquicardia, náuseas, dolor estomacal.
Usás suplementos para suplir una mala alimentación, en lugar de mejorar hábitos.
No recordás bien qué estás tomando ni por qué.
Te encontrás tomando más de 5-6 productos diferentes todos los días.
La realidad es que menos es más. Muchos suplementos tienen efectos similares y podés estar duplicando ingredientes sin saberlo (p. ej., cafeína en pre-entreno, quemadores y bebidas energéticas).
Además, las megadosis pueden ser peligrosas. Exceso de vitaminas liposolubles (A, D, E, K), minerales como hierro o estimulantes pueden causar toxicidad.
La clave es priorizar lo esencial: proteína, creatina, omega-3, y tal vez alguno puntual según tu caso (como vitamina D, magnesio). Antes de seguir agregando cosas al carrito, consultá con un profesional. Tu billetera —y tu cuerpo— te lo van a agradecer.