Cuando hablamos de suplementos de proteína, especialmente whey protein (suero de leche), es común encontrar dos variantes: concentrada e aislada. ¿Cuál conviene? Todo depende de tus objetivos, tolerancias y presupuesto.
Proteína concentrada (WPC):
Contiene entre un 70-80% de proteína.
Conserva algo de lactosa, grasas y minerales propios del suero.
Suele ser más económica y con sabor más cremoso.
Ideal para quienes no tienen problemas digestivos ni de intolerancia a la lactosa.
Proteína aislada (WPI):
Llega al 90-95% de pureza proteica.
Prácticamente sin lactosa ni grasa.
Se absorbe rápido, excelente para post-entrenamiento.
Más cara, pero ideal para quienes buscan máxima pureza o tienen digestión sensible.
Ambas son excelentes fuentes de proteína completa, con alto contenido de aminoácidos esenciales y leucina, clave para estimular la síntesis proteica. Para la mayoría de deportistas, la concentrada es suficiente. La aislada es más recomendable en dietas muy estrictas, definición muscular o personas con intolerancia a la lactosa.
En definitiva, no existe “la mejor” para todos. La elección depende de tu objetivo, tu organismo… ¡y tu billetera!