La espirulina es un alga verde-azulada rica en nutrientes. No es un simple “superalimento de moda”: su perfil nutricional la convierte en una opción interesante para deportistas.
Beneficios clave:
Alta densidad nutricional: Contiene proteínas completas (alrededor del 60-70% de su peso), vitaminas B, hierro, magnesio y antioxidantes como ficocianina.
Acción antioxidante: Combate radicales libres generados durante el ejercicio intenso, reduciendo daño muscular.
Mejora la resistencia: Algunos estudios sugieren que puede aumentar la capacidad aeróbica, disminuyendo la fatiga.
Apoyo al sistema inmune: Importante en épocas de entrenamientos intensos donde las defensas pueden verse comprometidas.
Dosis habitual: Entre 1 y 3 gramos diarios, aunque algunos atletas usan hasta 5 g. Su sabor intenso a veces requiere camuflarla en batidos o cápsulas.
No es milagrosa, pero es un complemento natural que suma nutrientes claves para quienes entrenan duro o tienen dietas restrictivas (vegetarianos, veganos). Eso sí, siempre asegurate de adquirirla de fuentes confiables para evitar contaminación por metales pesados o toxinas.