La ciencia detrás del ayuno intermitente y los suplementos.

El ayuno intermitente es una estrategia alimentaria que alterna períodos de ingesta con períodos de ayuno. Puede hacerse en diferentes protocolos: 16/8 (16 horas de ayuno y 8 horas de alimentación), 5:2 (dos días de restricción calórica) o ayunos prolongados de 24 horas. Más allá de moda, cada vez más estudios analizan sus beneficios y su interacción con la suplementación.

Durante el ayuno, el cuerpo cambia su fuente principal de energía, pasando de la glucosa a la quema de grasas. Esto puede favorecer la pérdida de peso y mejorar parámetros metabólicos, como la sensibilidad a la insulina. Además, el ayuno activa procesos de autofagia, una especie de limpieza celular que podría tener efectos antienvejecimiento.

Pero surge la gran duda: ¿qué pasa con los suplementos?

Suplementos calóricos (ej. proteína en polvo, aceites MCT): rompen el ayuno, ya que activan procesos digestivos y elevan la insulina.

Suplementos no calóricos (ej. vitaminas, minerales, electrolitos, cafeína): en general no interrumpen los beneficios del ayuno, aunque en personas muy sensibles podrían generar leves picos de insulina.

Aminoácidos (BCAA): aunque bajos en calorías, pueden estimular la insulina y romper técnicamente el ayuno.

Si hacés ayuno intermitente, lo ideal es planificar la toma de suplementos durante la ventana de alimentación. Sobre todo, suplementos como creatina, proteína o BCAA, que se absorben mejor con comida.

En definitiva, el ayuno intermitente es una herramienta útil para salud y composición corporal, pero su éxito depende de un buen manejo nutricional… ¡y de saber qué suplementos tomar y cuándo!

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