El hierro es fundamental para transportar oxígeno a los músculos. Sin él, el rendimiento cae en picada. Deportistas, especialmente mujeres y corredores de largas distancias, están en mayor riesgo de déficit.
Causas de déficit en deportistas:
Pérdidas menstruales (en mujeres).
Microhemorragias gastrointestinales por impacto repetido (en corredores).
Mayor destrucción de glóbulos rojos durante entrenamientos intensos.
Dietas vegetarianas o hipocalóricas.
Síntomas de déficit:
Fatiga constante.
Bajo rendimiento en entrenamientos.
Falta de aire en esfuerzos moderados.
Palidez, mareos o caída de cabello.
Antes de suplementar, es clave hacerse análisis de sangre (ferritina, hemoglobina). Tomar hierro sin necesitarlo puede provocar efectos secundarios como dolor estomacal, estreñimiento o toxicidad.
Si se confirma déficit, la suplementación suele oscilar entre 30 y 100 mg diarios, preferentemente en forma de hierro bisglicinato o hierro ferroso, que son más tolerables. Es mejor tomarlo separado de lácteos, té o café para optimizar la absorción.
En conclusión, el hierro es esencial para el rendimiento deportivo. Ignorar su importancia puede costarte entrenos, resultados… y salud. Consultá siempre a un profesional antes de suplementar.