El metabolismo es el conjunto de reacciones químicas que mantienen vivo y funcionando nuestro cuerpo. Para que todo ese engranaje marche bien, las vitaminas son esenciales. No producen energía, pero la convierten, activan enzimas y mantienen nuestras células en perfecto estado.
Vitaminas clave para el metabolismo:
Complejo B (B1, B2, B3, B5, B6, B7, B9, B12):
Participan en la transformación de carbohidratos, grasas y proteínas en energía. Sin ellas, sentirás fatiga y bajo rendimiento.
Vitamina D:
Más allá de los huesos, regula la función muscular, la inmunidad y puede influir en la sensibilidad a la insulina.
Vitamina C:
Potente antioxidante que combate el estrés oxidativo y favorece la absorción de hierro, clave para transportar oxígeno a los músculos.
Vitamina E:
Protege las células del daño oxidativo, algo fundamental en deportistas sometidos a entrenamientos intensos.
Vitamina A:
Importante para la regeneración celular y la salud de piel y mucosas.
Un déficit de vitaminas ralentiza tu metabolismo y afecta la recuperación. Aunque la base debe ser una alimentación equilibrada (frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos), en ciertas circunstancias (dietas restrictivas, entrenamientos exigentes), suplementar puede ser una herramienta útil.
No todas las multivitaminas son iguales: elegí aquellas con dosis moderadas, sin megadosis innecesarias. Más no siempre es mejor, especialmente con vitaminas liposolubles (A, D, E, K) que se acumulan en el cuerpo.